Los profesionales de cuidados paliativos han detectado un progresivo aumento y generalización de casos en los que los adultos jóvenes se resisten a cuidar de sus familiares enfermos terminales, según señalaron durante las Jornadas sobre la Familia y la Enfermedad, organizadas por el Instituto Universitario de la Familia, de la Universidad Pontificia Comillas.
Esta situación produce "conflictos y conductas hostiles" hacia los miembros de estos equipos de atención sanitaria, fundamentalmente, según el coordinador jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, el doctor Juan Manuel Núñez Olarte, debido a que "como esta actitud está mal vista socialmente, el sentimiento de culpa de los familiares se vuelve contra el personal del sistema sanitario".
Así, se desmitifica la idea de que los equipos de cuidados paliativos y los familiares trabajan conjuntamente por el bienestar del paciente terminal. "La tensión es, a veces, de tal intensidad que para los médicos residentes, que están en periodo de formación en la especialidad de paliativos, hablar con familiares estresados por esta situación es un enorme problema, hasta el punto de llegar a plantearse el cambio de especialidad", advierte.
Con el objetivo de resolver estos conflictos, los equipos de cuidados paliativos han empezado a replantearse sus protocolos de actuación. Inicialmente se pretende etiquetar en el futuro a las familias por su potencial conflictividad, ya que, aunque "no parece una medida que vaya a ayudar a resolver el conflicto", ayudará a detectar de forma temprana a los familiares que pueden mostrar esa tendencia, para que sean tratados por los psicólogos y trabajadores sociales del equipo.
ÚLTIMA VOLUNTAD
En la misma mesa redonda sobre la familia y la enfermedad terminal, el experto en derecho médico Federico de Montalvo, profesor de la Facultad de Derecho (ICADE) y Socio-Director de Asjusa Letramed, habló sobre la autonomía de la voluntad en el final de la vida.
En su opinión es falso el debate sobre la eutanasia porque, "salvo casos extremos!, donde se dan voluntades anticipadas, o instrucciones previas, y según "la versión utilizada por unas u otras Administraciones públicas", no hay recursos suficientes para facilitar el bien morir de los enfermos terminales.
"Las administraciones sanitarias no quieren oír hablar de la atención domiciliaria a pacientes terminales, porque supone un elevado coste, que se reduce considerablemente institucionalizando los tratamientos", explicó.
Al respecto, el responsable de Enfermería de la Fundación Instituto San José, el doctor Antonio Ramos Sánchez, recordó que los enfermos terminales quieren morir en sus casas, pero, para cuidarles no basta con querer, "hay que saber y poder", sin contar que existen zonas en España que no cuentan con unidades de cuidados paliativos de atención domiciliaria
martes, 27 de octubre de 2009
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